jueves, mayo 03, 2012

Juan Pablo Abalo - Canciones de Misa



Durante la Semana Santa recién pasada, el compositor nacional Juan Pablo Abalo liberó "Canciones de misa", su nuevo disco. La fecha elegida para estrenar su tercer trabajo  no pudo ser otra. Por esos días, la portada del álbum en donde se ve a dos niños junto a un hombre disfrazado de conejo de Pascua cobraba un sentido especial; ingenuidad, creencia y perversión se fundían en la imagen central de este esfuerzo por encarar a través de la canción breve las sórdidas historias protagonizadas por representantes de la Iglesia.

Demostrando su inclinación por el minimalismo, el autor escribe ocho canciones comandadas por el sonido de la guitarra tradicional, textura que poco a poco, y a medida que avanzan los segundos en cada corte, se va ensanchando gracias a arreglos de cuerdas y vientos. Así, “El pastor” –canción inspirada en Fernando Karadima-, se estructura según el sonido de las seis cuerdas, mientras que en “El suicidio”, “Procesiones” o “Ausente”, la guitarra cede espacio a percusiones, bajos o sonidos de órgano y piano.  El resultado de esta instrumentación simple, pero a la vez detallista, entrega solemnidad a relatos que hablan de dominación y angustia.

En tanto, la voz ceremoniosa  del cantante, consigue traspasar cierto rigor a estas historias, hasta impactar en “La confesión”, cuando interpreta a víctima y victimario  en los tres minutos más dramáticos de la obra.

Aunque Abalo no eligió una temática desconocida, su gesto  es inédito en el panorama musical actual, pues elabora un disco conceptual  sobre una temática naturalizada como información de prensa, pero que esconde un revés putrefacto, en donde pesa la fe y los vínculos de poder económico. En ese nivel, “Canciones de misa” golpea dos veces: por un lado nos restriega lo más oscuro de un sector de la sociedad, y por otro, nos recuerda que la canción popular sí puede superar la palabrería ególatra y superficial a la que estamos acostumbrados. 

Crítica publicada en El Ciudadano (impreso, mayo 2012)

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Los Embajadores - Faisanes



Cuando Los Embajadores publicaron la canción “Su merced” en el primer compilado del sello Michita Rex del año 2010, las expectativas en torno al grupo surgieron por la mezcla de lamento y romanticismo que firmaban, la presencia de una pareja de vocalistas –algo nada usual en el país- y la tendencia a la oscuridad de su sonido. Sin embargo, con la reciente edición de “Faisanes”, el debut oficial de la banda, la calidad de la propuesta a cargo de Danae Morales, Cristóbal Gajardo, Sebastián Sampieri, Felipe Lagos y Walter Roblero comienza a tomar forma concreta.

En poco más de media hora, las diez canciones de esta producción arman una interesante versión de dream pop; gran parte del disco está dominado por melodías cansinas, que combinan percusiones no tradicionales (metales, ruidos de ambiente y de animales) y programaciones electrónicas que elevan el pulso, tal como ocurre en “Peso” o en “Compañía del novio”, dos cortes en donde Morales sobresale gracias a una voz pálida e hipnótica. También “Faisanes” y “MDV” refuerzan esa versatilidad sonora y completan un marco de relatos tormentosos.

La emoción contenida de Los Embajadores alcanza niveles estremecedores en  las épicas “La doble vida” y “Mucha fe”, piezas en las que Gajardo (también conocido por su proyecto Voz de Hombre) destaca por su capacidad para transformar lo dramático en heroico. Asimismo, “Amigo realidad” y “El sueño de una muñeca malvada” exponen una personalidad que cavila entre el fracaso y los anhelos de un sujeto que dice no querer “volver a trabajar en lo que me mata” y que sufre por la asociación entre el comercio y su billetera.  

Con sutileza, esas insinuaciones hacen del relato de Los Embajadores un espacio en donde los sentimientos no se miden por la carga melodramática de las insinuaciones amorosas. Por tanto, el primer trabajo del quinteto convence por sus matices sonoros y también por un discurso que los aleja –afortunadamente- de sus coterráneos.    

Crítica publicada en El Ciudadano (impreso, mayo 2012)

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