jueves, abril 25, 2013

Cadenasso - Un ejercicio


Después de sorprender con su primer registro al margen de Matorral, “El movimiento” (2009), Felipe Cadenasso vuelve a abrir una atractiva senda en su carrera en solitario con “Un ejercicio” (2013),  placa que lo confirma como una voz particular dentro de la precaria y desarticulada generación de cantautores nacionales que en los últimos cinco años ha intentado –con resultados menos afortunados en algunos casos- madurar un sonido personal. Una sólida calidad interpretativa, sus evidentes dotes como productor, además de una original poesía, hacen de él un ejemplo extraño, pues con una propuesta casi lúgubre es capaz de proponer un sutil modelo de acción y cambio en el entorno.

La nutrida carta de sonidos y las escenas que narra “Un ejercicio” dan cuenta de estas intensiones. Al acompañamiento de timbales se entrelaza un agudo violín, pero también de guitarras y cantos solemnes se cuelgan sintetizadores, cuerdas, vientos y registros de ambiente que unifican una atmósfera ensombrecida, que supera holgadamente la etiqueta rock. Asimismo, la densidad de estas diez canciones se reparte bien en los versos de Cadenasso, quien no se espanta ante las huellas del terreno nacional –ahí están las referencias al Metro, a Antofagasta, a la Alameda, a la Mistral- para transitar por la desilusión en la plegaria “La Trampa”;  jugar con el espanto en “De improviso” o buscar nuevos lenguajes en “La Puerta”, canción en donde parece pasmado ante la aceptada normalidad. “Ni una sola vez se les ocurrió dar un salto en la oscuridad”, entona.

Este imaginario se concentra en dos momentos claves del disco: “Aprendiz” y “Un ejercicio”. En la primera canción, un piano revela a un sujeto que mira con distancia al maestro y que está dispuesto a viajar “a donde nadie quiere ir”; mientras, en la segunda, un silbido guía la búsqueda de esas nuevas prácticas  (siempre personales, microscópicas) que son capaces de modificar la intimidad. Esta perspectiva se sostiene a lo largo del disco, en una reflexión evidente sobre el peso de la racionalidad, el orden y los objetivos rutinarios del mercado.

En consecuencia, y por lograr activar el formato canción como un dispositivo de cuestionamiento, “Un ejercicio” es una pieza necesaria en el panorama musical actual. Un remezón que le viene como anillo al dedo a una generación sobre poblada de eternos adolescentes. 

Esta crítica fue publicada en El Ciudadano (impreso, abril 2013).

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