Cinco canciones le bastan al rapero nacional Gen –apodo de Freddy Olguín (1979)- para elaborar un trabajo a la vez atractivo y propositivo, capaz de unir un estimulante sonido con una idea sobre la cotidianidad casi imposible de rastrear entre los autores de su generación. Se trata de Simulacro (Dilema Industria, 2012), EP que no supera el cuarto de hora y que se puede conseguir a través de descargas gratuitas.
Desde la acelerada y oscura “Introch”, hasta la experimental “Fugaz”, Gen se une a DLA, Antioch, Foex y Kronos JetYawat –todos músicos y compositores- para enriquecer sus rimas gracias a una impecable producción. Con esta compañía, el chileno articula un pequeño tratado sobre la idea del simulacro, esa forma de generar la realidad utilizando el espectáculo y cuyos sustentos no son más que ficciones que se entrelazan para definir lo que entendemos como real.
A la hora de aterrizar estos conceptos, el cantante desarrolla dos momentos claves: “Simulacro Pt.I” y “Simulacro Pt. II”. En estas canciones, Olguín se detiene a pensar en la maraña de señales, signos y montajes (políticos, culturales, económicos) que definen nuestra forma de entender el día a día. Basándose en estribillos memorables y en un correcto uso de ritmos y efectos, Gen consigue que las piezas sorprendan por sus hipnóticas estructuras y por una intensa poesía.
Asimismo, el autor exhibe en “Lugares incorrectos” y en la mencionada “Fugaz” una sensibilidad devastada ante la serie de imposiciones sobre lo cierto y lo falso –muchas de ellas vacías, sin fundamentos- que son aceptadas como naturales. Esa es la mayor fortaleza de Simulacro: reconocer la vaguedad que afecta a toda acción y el efecto que esto genera en la relación entre los sujetos y el entorno, incluidas, claro está, las relaciones afectivas.
En consecuencia, y considerando que la saturación de información nos sorprende una y otra vez con casos de manipulación e historias oficiales reinventadas, el nuevo disco del líder de Dilema Industria sirve para condimentar con una buena dosis de electrónica y hip hop el gusto amargo que recubre la aparente sencillez de lo habitual.
Desde la acelerada y oscura “Introch”, hasta la experimental “Fugaz”, Gen se une a DLA, Antioch, Foex y Kronos JetYawat –todos músicos y compositores- para enriquecer sus rimas gracias a una impecable producción. Con esta compañía, el chileno articula un pequeño tratado sobre la idea del simulacro, esa forma de generar la realidad utilizando el espectáculo y cuyos sustentos no son más que ficciones que se entrelazan para definir lo que entendemos como real.
A la hora de aterrizar estos conceptos, el cantante desarrolla dos momentos claves: “Simulacro Pt.I” y “Simulacro Pt. II”. En estas canciones, Olguín se detiene a pensar en la maraña de señales, signos y montajes (políticos, culturales, económicos) que definen nuestra forma de entender el día a día. Basándose en estribillos memorables y en un correcto uso de ritmos y efectos, Gen consigue que las piezas sorprendan por sus hipnóticas estructuras y por una intensa poesía.
Asimismo, el autor exhibe en “Lugares incorrectos” y en la mencionada “Fugaz” una sensibilidad devastada ante la serie de imposiciones sobre lo cierto y lo falso –muchas de ellas vacías, sin fundamentos- que son aceptadas como naturales. Esa es la mayor fortaleza de Simulacro: reconocer la vaguedad que afecta a toda acción y el efecto que esto genera en la relación entre los sujetos y el entorno, incluidas, claro está, las relaciones afectivas.
En consecuencia, y considerando que la saturación de información nos sorprende una y otra vez con casos de manipulación e historias oficiales reinventadas, el nuevo disco del líder de Dilema Industria sirve para condimentar con una buena dosis de electrónica y hip hop el gusto amargo que recubre la aparente sencillez de lo habitual.
Crítica publicada en Nacion.cl
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